7 beneficios de hablar inglés como segundo idioma

El segundo idioma es ese que no es tu idioma nativo pero que también dominas. Y como segundo idioma, el inglés es la lengua con más segundos hablantes del mundo. Dominar idiomas o ser bilingüe te da oportunidades económicas de acceder a millones de personas, a decenas de países y a centenares de mercados. Pero además, entender y hablar inglés como segundo idioma tiene muchos otros beneficios que no sospechas.

1- Te arriesgas menos.
Aunque aún es pronto para afirmar que esto es cierto al 100 %, las conclusiones de los estudios de Boaz Keyzar, psicólogo de la Universidad de Chicago, apuntan que, cuando a alguien se le informa de propuestas arriesgadas en su lengua materna, se la juega mucho más que cuando usa su segunda lengua, que le obliga a meditar mucho más todo lo que dice. Así, hablar inglés como segundo idioma tiene sus beneficios. ¿Te atreves a pedir a tu asesor financiero que haga su trabajo en inglés?

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2- Es más fácil aprender un tercer idioma.
Este es un beneficio clarísimo de hablar inglés como segundo idioma. Conoces las estructuras de tu lengua materna y del inglés. Eso te da una base de vocabulario casi el doble de amplia desde la que identificar intuitivamente palabras y estructuras de otra lengua. Eso explica por qué los adultos aprenden más rápido que los niños (aunque parezca que para los niños es más fácil) y porque los mejores para aprender nuevos idiomas son los que ya hablan varios.

3- Accedes a una cultura nueva.
Quizá este es uno de los beneficios menos publicitados de hablar inglés como segundo idioma. ¿Recuerdas la película Pulp Fiction? Vincent Vega le hablaba a Jules Winfield de las diferencias entre Europa y los EE.UU. y estaba fascinado por el hecho de que su “cuarto de libra con queso” se llamara “royal con queso”.

Los idiomas abren fronteras y eso te da la posibilidad de acceder a un apasionante mundo de “pequeñas diferencias” pero también a una nueva forma de entender el mundo. Alex Rawlings es un británico que habla 15 idiomas y está convencido que cada idioma “te da un nuevo estilo de vida, un nuevo matiz de significados”.

El inglés puede abrirte puertas de un nuevo empleo pero también las de un pub en el que descubrir una nueva forma de tomarse la vida (y la cerveza). Porque además, cada idioma tiene imbricados los valores de la cultura que lo ha producido. Hay un experimento en el que se pedía a mujeres bilingües en japonés e inglés que terminaran la misma frase de forma en distintos idiomas. Y los resultados eran muy distintos según el idioma en que se les pedía hacerlo. Porque el inglés les conectaba con una cultura más librepensadora e individualista pero el japonés les hacía primar el colectivo y ser más sacrificadas.

4- Ser bilingüe mantiene tu mente en forma.
Después de aprender un nuevo idioma eres capaz de resolver conflictos cognitivos con mayor precisión. Y entender y hablar un segundo idioma como el inglés puede mejorar tu rendimiento en tareas no directamente relacionadas con el idioma como esta, nuestro conflicto cognitivo favorito.

El bilingüe está constantemente eliminando los conocimientos de la lengua que no usa para que no interfieran en su acción. Eso fortalece una parte del cerebro llamada córtex del cíngulo anterior, que se encarga de controlar otras habilidades que no tienen nada que ver con los idiomas. Por lo visto, es posible distinguir el cerebro de un bilingüe del de un monolingüe solo por la cantidad de materia gris en esa área.

5- Es lo mejor para educar niños.
Durante años se ha afirmado que el bilingüismo podía provocar hasta esquizofrenia y durante el auge de los estados nación en el siglo XIX hablar idiomas que no fueran “el del imperio” se consideraba desleal. Pero ya desde 1962 hay estudios que demuestran que los niños bilingües tienen mayor inteligencia verbal y no verbal que los monolingües, quizá este sería el gran beneficio de hablar inglés como segundo idioma.

En el estado de Utah, en EE.UU. están experimentando con la educación bilingüe. En algunas escuelas, la lengua vehicular de las clases es el inglés durante una mitad del día y durante la siguiente, las asignaturas se imparten en un idioma extranjero como el español o el chino mandarín. Y los bilingües, de nuevo, se concentran mejor y tienen más autoestima.

6- Previenes enfermedades neurodegenerativas.
Si un bilingüe termina desarrollando algún tipo de demencia, lo hará cuatro o cinco años más tarde que un monolingüe y si un bilingüe sufre un accidente vascular cerebral que le afecte el habla, tiene más posibilidades de recuperarla que un monolingüe. Adquirir un segundo idioma es un ejercicio mental considerable y hablarlo también, gracias a la gimnasia constante de nuestro córtex del cíngulo anterior. Y no olvidemos que aprender un idioma implica crear conexiones neuronales nuevas y que, resumiendo mucho, cualquier daño cerebral destruye esas conexiones. Pero en el cerebro de un bilingüe hay muchas más conexiones de inicio y por eso desarrollan enfermedades neurodegenerativas más tarde y recuperan mejor sus facultades.

7- Ganas una personalidad nueva con cada idioma.
La gramática de cada lengua marca unas pautas a seguir. Por ejemplo,I’m tired. en castellano es muy probable que tengas que expresar tu género para decir cómo te sientes. Estoy cansado o estoy cansada. En inglés no. Simplemente dice I’m tired.

Esos pequeños rasgos moldean cómo te tomas las cosas. Hay idiomas que desarrollan pensamientos más sintéticos y otros que, por su estructura implican desarrollar nociones más conscientes sobre la familia, el género o el colectivo.

Al aproximarte a esa nueva cultura, tu segundo idioma te permite reforzar tu empatía y entender cómo se siente la otra persona. Eso sí, esos beneficios son solo para el bilingüismo o multilingüismo práctico: el que se desarrolla cada día. Saber un idioma y no usarlo… no vale.

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